La humedad es otro factor que influye en la vida
de nuestras plantas de interiores y que es el más difícil de determinar.
Si bien podemos controlar y administrar la luz,
temperatura o riego que brindamos a las plantas, la humedad es la menos
perceptible.
Si la región donde vivimos es seca, o atravesamos
una época del año en la cual escasea la humedad, las hojas de las plantas y sus
flores sentirán muy rápido esa ausencia.
La planta se ira poniendo amarilla, o perdiendo signos
de belleza.
Ante la falta de humedad, hay dos recursos
prioritarios para poner en práctica. El primero es pulverizar las hojas de la
planta (nunca sus flores) a menudo para que las mismas se mantengan húmedas. El
segundo requiere un poco más de trabajo pero puede resultar más efectivo:
ubicar las plantas de interiores agrupadas, en vez de colocarlas distribuidas
por un ambiente o por diferentes lugares de la casa, deben seleccionarse dos o
tres rincones o sectores en los cuales se colocaran grupos numerosos de
plantas.
Las mismas también deberán ser pulverizadas y regadas,
pero el agrupa miento favorecerá la creación de un pequeño microclima que
conservara por más tiempo un sector de aire húmedo, dando más chances a que las
plantas allí colocadas crezcan fuertes y saludables.
La humedad del ambiente está estrechamente ligada
a la temperatura y a las calefacciones interiores. Recordemos que una estufa o
caldera volverá el aire más seco.
Si padecemos humedad ambiental estos son algunos secretos
que podemos usar:
·
Pulverizar las hojas
·
Colocar una bandeja de agua por debajo de
las macetas o kokedamas y colocar piedras o topes para que no toquen
el agua, de esta forma el agua que se evapora humedece el follaje de la planta
de abajo hacia arriba.
·
Colocar recipiente con agua cerca de
calefactores para crear un clima más húmedo
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